¿Quieres saber el único truco que realmente importa para conocer chicas? No existe, por mucho que digan. Lo que realmente necesitas es crearte a ti mismo.
Si tu objetivo principal es encontrar a la mujer de tus sueños, te lo digo desde ya, estás recorriendo el camino equivocado, tío.
Es como querer empezar una empresa para volverse rico: al final, el camino se hace cuesta arriba porque te estás centrando en las cosas equivocadas. Ganar no es la meta. Follar no es el objetivo último!
Seguramente, cuando te acercas a una mujer lo único que se te pasa por la cabeza es “qué le gusta”, “le pareceré atractivo”, “tengo que hacer el comentario apropiado”, “qué hobbies considera sexys”, etc… Ella es el objetivo, pero te estás olvidando de lo más importante.
¡Tú! Y haciéndote esas preguntas estás cavando tu propia tumba, amigo mío. Siento traerte malas noticias.
Las preguntas que realmente importan son: ¿Qué es lo que TÚ buscas en una mujer? ¿Qué es lo que te interesa? ¿Qué hobbies te apasionan?
Es como ir a buscar un trabajo: la gente se obsesiona pensando que necesita el trabajo, sea cual sea, y se olvida de buscar lo que realmente ellos quieren. ¿Y qué pasa cuando terminas con un trabajo cualquiera? ¡Que es un muermazo y terminas hundiéndote en tu propia mierda!
Pues cuando buscas pareja pasa lo mismo, te obsesionas en qué busca ella en ti, en vez de pensar en qué te gustaría a ti. Y para conocer chicas, uno necesita darle la vuelta a la tortilla como los maestros.
Para conocer chicas lo mejor que puedes hacer es… hablar con ellas!
Sí, hay cosas que puedes hacer como llevar rojo, estudiar guías de seducción, o quince mil secretos que los profesionales se esconden en la manga y no te revelarán a no ser que pagues… Pero lo cierto es que no hay secretos. Si quieres conocer chicas, tienes que hablar con ellas.
Pero, ¿a qué me refiero con hablar con chicas? ¡Si están todas locas! ¿Y qué le digo? ¿Cuál es la mejor forma para empezar la conversación? ¿Cómo hago para que se interese en mí? ¿Debo mencionar esto o lo otro?
Amigo, estás perdiendo de vista lo más importante de nuevo.
Hablar es interactuar, es conocerse, es compartir. No se trata de ella, se trata de vosotros. Así que deja de obsesionarte en cómo vas a hacerlo y sencillamente habla, date a conocer.
«¿Pero no es eso muy egocéntrico?»
¡No! Si quieres gustarle, debes gustarle por quién eres, por meloso que suene. Si no, ¿qué clase de relación estás buscando? ¿La primera que se te cruce? ¿Una en la que no importe nada de la otra persona? Si es así… Deja de leer, porque no estamos en la misma página, colega.
Pero si lo que realmente buscas es conectar, conocer chicas de verdad que se interesen por ti y que quieran conocerte, debes hablar con ellas y darte a conocer. Dejar que hagan preguntas y, sobre todo, responder con honestidad y sinceridad.
Con esto no quiere decir que la primera vez que quedáis tengas que contarle tus más íntimos secretos, pero sí que vean que eres un tío real y que buscas una chica real que comparta tus intereses y opiniones. Y si buscas una mujer a toda costa, eso se nota. Se nota que no eres genuino, que lo que dices lo dices para impresionar, para ganártela. ¡Y las tías tienen un radar para eso, chaval!
¿Qué te gusta hacer? ¿Cuáles son tus intereses? ¿Qué te hace quedarte hasta tarde por la noche y te levanta por la mañana con ganas de comerte el día? Si eres capaz de responder a esas preguntas, tienes la mitad del camino hecho.
Conocer a otras personas es un viaje para conocerse a uno mismo. Lo sé, suena a novela romántica, pero no por ello es menos cierto. ¿Por qué crees que el tío que derrocha confianza liga tanto? Porque tiene las cosas claras y sabe quién es.
Tú puedes hacer lo mismo si dedicas tiempo a fortalecer aquellas cosas que te apasionan, aquellas cosas que te hacen quien eres.
El éxito de tu vida amorosa jamás debería medirse por el número de acercamientos (iug), cuántos teléfonos has conseguido (iug!), o cuántos besos te has llevado (IUG!@#*!). Cada actividad o encuentro que tengo está motivado por aquello que me gusta. Por ejemplo, estoy organizando una jornada de atletismo. Eso me permite conocer a más gente a la que le gusta hacer deporte, que es algo que me apasiona. ¿Qué probabilidades hay de que pueda empezar una conversación con cualquiera gracias a ello? Unas cuántas más que si vas a un bar cualquiera y ves a una chica cualquiera.
Ahora quiero contarte cómo conocí a mi mujer, y cómo tus intereses pueden abrirte puertas.
Hace unos años, me dio por perseguir una de esas cosas que me encanta hacer pero para las que nunca tengo tiempo: cocinar. Me apunté a un reto de 30 días y comencé a cocinar más sano y a buscar nuevas recetas. Eso me llevó a una tienda local de productos orgánicos cerca de mi casa, donde comencé a comprar bastante. Allí, vi a una chica que solía trabajar por las tardes que me pareció muy mona. Incluso llegamos a hablar varias veces sobre algo más que el tiempo. Sin embargo, nunca se me ocurrió pedirle su teléfono. Me daba vergüenza, para ser honestos.
El reto terminó, pero seguí acudiendo allí aunque no con tanta frecuencia. Estaba intentando ahorrar. Pero recuperé la pasión por cocinar, y sobre todo por cocinar más sano.
Unos meses más tarde, andaba por Tinder cuando… ¡Sí! La misma chica de la tienda también estaba allí. Hice deslizar a la derecha y… ¡Match!
No tardó ni 5 minutos en escribirme para preguntarme que cómo iban mis cocinillas y que se me echaba de menos por la tienda. Esa fue la señal para empezar a hablar de cocina y sobre por qué ella trabajaba allí. Resulta que estaba de intercambio, y que le quedaban pocos meses para seguir en España.
Cuando las oportunidades llaman a tu puerta, o respondes o te vas a internet a llorar por tus penas. Y esta oportunidad no se me iba a escapar.
Por supuesto, no quiere decir que solo por tus intereses todas las chicas que te gustan te vayan a contactar. En muchos casos tú tendrás que hacer el primer movimiento. Pero los intereses comunes plantan la semillita para una vida social sana, y una vida social sana planta la semillita para una vida sexual sana. El 99% de las chicas que conoces no van a terminar en tu dormitorio, y mucho menos si ese es tu único objetivo. Mi mujer es del 1% con el que conecté de entre docenas y docenas (y docenas) de chicas.
No necesitas mejorar tus habilidades de comunicación ni saber qué les atrae o qué perfume les parece más atractivo; necesitas objetivos que te hagan disfrutar y vivir tu vida. Conocer chicas que merezcan la pena solo ocurre cuando enfocas toda tu energía en crear una vida que merezca la pena. Entonces aparecerá, y la oportunidad llamará a tu puerta.